La provincia de Málaga, especialmente el interior, posee un rico patrimonio arquitectónico, herencia de los muchos pueblos y culturas que han llegado y se han asentado en esta tierra.
Ciudades y pueblos declarados Conjuntos Histórico-Artísticos, como Ronda, Antequera, Carratraca, Macharaviaya, Monda y Casares, así como los centros históricos o cascos antiguos de Vélez-Málaga, Mijas, Archidona y Málaga capital, donde destaca el conjunto monumental formado por el Castillo de Gibralfaro, el Teatro Romano y la Alcazaba, donde se aúnan la Málaga fenicia, romana y nazarí.
Málaga y la arquitectura andalusí
Los ocho siglos de cultura musulmana han marcado el urbanismo, la distribución agraria, la arquitectura popular, y hasta los usos y costumbres populares.
Álora, Teba, Fuengirola y Cañete la Real, conservan castillos en muy buen estado que pueden ser visitados; los baños árabes de Ronda o las alcazabas de Antequera y Vélez-Málaga son piezas de la mejor arquitectura andalusí.
Edificios nobles, palacetes y templos
Antequera y Ronda son ciudades que mantienen la impronta de su peso en la historia de Andalucía y España. Palacetes, casas blasonadas, iglesias, colegiatas y conventos, recogen su poder económico, estratégico y logístico. Las Reales colegiatas de Santa María la Mayor y de San Sebastián, en Antequera, el Palacio de Mondragón, la bicentenaria Plaza de Toros de Ronda o sus representativos puentes sobre el Tajo, son sólo algunos exponentes.
Restos arqueológicos
Los restos arqueológicos más importantes de la provincia de Málaga son los que forman la llamada zona arqueológica de los dólmenes de Antequera, compuesta por los dólmenes de Menga y Viera, que le dan el nombre, el Tholos de El Romeral, y una serie de yacimientos directamente relacionados con la necrópolis megalítica.
El Sitio de los Dólmenes de Antequera que comprende Los Dólmenes, El Torcal y la Peña de los Enamorados, han sido incluidos recientemente por la UNESCO en su catálogo de Patrimonio de la Humanidad.