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Mollina
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Historia
Gastronomía
  • Mollina es un pueblo de la Málaga interior unido a la cultura del vino. Así lo atestiguan sus famosos caldos con denominación de origen, su paisaje agrícola salpicado de viñas y su animada Feria de la Vendimia.

    Situado en la comarca de Antequera, este municipio posee además un hermoso entorno natural e interesantes yacimientos arqueológicos. Los amantes de la enología podrán combinar en este pueblo su pasión por el vino con visitas culturales y actividades en plena naturaleza.

    EN MOLLINA NO PUEDES PERDERTE

    MONUMENTOS

    En Mollina existen importantes vestigios de la era romana, como el Castellum de Santillán. Este enclave arqueológico está ubicado a cuatro kilómetros del casco urbano. En sus 1.400 metros cuadrados de extensión se distinguen construcciones de los siglos I al III. Corresponden a la vivienda de una familia de la clase dominante de la época y a un recinto amurallado.

    Otro punto de interés histórico es el Mausoleo de la Capuchina, un monumento funerario que incluye una cripta y un piso superior para rendir culto a los difuntos. El yacimiento se localiza a siete kilómetros del pueblo, en la falda de la sierra de la Camorra.

    De vuelta al núcleo urbano nos aguarda la iglesia de Nuestra Señora de la Oliva. Fundada en el siglo XVII, tiene planta basilical y consta de tres naves separadas por arcos de medio punto. El templo fue saqueado en 1936 y llegó a ser utilizado como almacén de víveres.

    Cerca de esta iglesia se emplaza el convento de la Ascensión, también conocido como el Cortijo de la Villa. De este edificio del siglo XVIII destaca su puerta de estilo barroco, su patio con una capilla terminada en espadaña y un peculiar reloj de sol.

  • Para llegar a Mollina desde Málaga capital, la opción más recomendable es tomar la A-45 hasta su salida 138, lo que nos llevará aproximadamente 50 minutos.

  • RECURSOS NATURALES

    La sierra de la Camorra constituye el espacio natural más importante de Mollina. Declarado Lugar de Interés Comunitario, este paraje se caracteriza por su abundante vegetación y por la diversidad de las especies que lo habitan. A esto se une un conjunto de grutas ideales para practicar la espeleología y otras actividades de aventura. Las cuevas de los Órganos y la Araña, y las simas del Gato, del Soldado y de las Granjas son algunos de los enclaves más conocidos.

    Para recorrer la sierra de la Camorra existen tres rutas senderistas. Uno de estos itinerarios conduce hasta la Cueva de Salas. Desde este punto se puede ver la Laguna de Fuente de Piedra. Además, a cuatro kilómetros del núcleo urbano de Mollina se encuentra el Parque de Santillán, junto al yacimiento romano del Castellum de Santillán.

    CENTROS DE OCIO

    Conocer los procesos de elaboración del vino, a través de la visita guiada por una bodega, es posible en Mollina. Los aficionados al enoturismo no pueden perder la oportunidad de vivir esta experiencia, con la que además podrán catar los caldos que se elaboran en estas tierras.

    Y dónde mejor para conocer estos caldos que en las bodegas de la Sociedad Cooperativa Agraria Virgen de la Oliva, que cuenta con medio millar de barricas de roble americano en el que envejecen los vinos de esta tierra.

    FIESTAS POPULARES

    En un pueblo de arraigada tradición vinícola no podía faltar una fiesta dedicada al vino. En Mollina es la Feria de Vendimia, que tiene lugar en septiembre. La multitudinaria cata para probar los vinos con denominación de origen de la zona es el principal atractivo de esta cita. Pero también hay una feria de día, verbenas nocturnas y carreras de cintas a caballo.

    En honor a la Virgen de la Oliva, Mollina celebra la Feria de Agosto. Durante cuatro días, este pueblo de la comarca de Antequera vibra con la música, el baile, la diversión y la emoción de las competiciones deportivas. Aunque el acto central es la procesión religiosa. La patrona de la villa también es la protagonista de la romería que se celebra en mayo en el paraje de Santillán.

    Otro evento destacable es la fiesta de la Candelaria, que se caracteriza por las hogueras que se encienden en distintos puntos del pueblo. Alrededor del fuego, la gente canta, baila y comparte un momento único en el año.

    En Semana Santa salen en procesión Nuestro Padre Jesús Crucificado y María Santísima de los Dolores. Al son de los acordes de la Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía, las imágenes recorren las calles de Mollina ante la fervorosa mirada de los fieles.

    GASTRONOMÍA

    Los platos más típicos de Mollina son las porrillas calientes, las migas, las gachas de mosto y la porra fría. Aunque también tienen una merecida fama las chacinas elaboradas en la zona. En el apartado de la repostería sobresalen los borrachuelos, los pestiños y las magdalenas. En la mesa no pueden faltar los vinos de la tierra.

  • Historia

    Mollina registró asentamientos humanos desde la prehistoria. Los restos cerámicos y pinturas rupestres hallados en unas cuevas de la Sierra de la Camorra constatan la presencia del hombre en estas tierras desde el Neolítico. Sin embargo, no existen vestigios del paso de otras civilizaciones hasta la llegada de los romanos. Legado de esa época son los interesantes yacimientos arqueológicos que atesora el municipio. Entre ellos destacan el Castellum de Santillán y el Mausoleo de la Capuchina.

    Los orígenes del actual conjunto urbano de Mollina se remontan del siglo XVI, con el reparto de las tierras del Cortijo de la Ciudad realizado por el Cabildo de Antequera. La villa se desarrolló económica y demográficamente a partir de entonces a un ritmo extraordinario. En menos de una centuria se convirtió en la zona con mayor número de olivos de toda la comarca. Esta circunstancia propició que durante un tiempo este territorio fuese conocido como el Pago de las Olivas.

    En los primeros años del siglo XIX la localidad se independizó de Antequera. La coyuntura económica del pueblo no era precisamente la más idónea en este periodo para constituir un ayuntamiento propio. Además, la gran implicación de sus habitantes con la sociedad secreta de los Garibaldinos había fomentado una situación de agitación social. Los sucesos conocidos como la Revolución de Loja, en 1861, parece ser que tuvieron su germen en Mollina, donde hubo algunos muertos y heridos.

    A partir de la segunda mitad del siglo XX, Mollina sufrió las consecuencias de la emigración. De los poco más de 5.000 habitantes censados en 1956 pasó a 2.800 apenas dos décadas más tarde. El movimiento asociativo tomó un sorprendente auge en años posteriores y en poco tiempo la zona pasó de olivarera a vitivinícola. Hoy produce buena parte de los vinos con denominación de origen de Málaga.

  • La gastronomía de Mollina está ligada a la tradición y la costumbre que, a lo largo del tiempo, se ha ido instalando y pasando de generación en generación hasta convertirse en indispensables de la gastronomía de la zona. Especial mención reciben las gachas de mosto, elaboradas durante la época de la recogida de la uva.

    Además, las chacinas siguen elaborándose de la manera tradicional, y los dulces típicos como pestiños, borrachuelos o magdalenas se consumen en cualquier época del año. En invierno son muy populares las migas y porrillas calientes, y el gazpacho y la porra se consumen durante el verano, para refrescarnos durante la época de altas temperaturas.

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Características

  • Habitantes (5.001-10.000)
  • Zona de interior

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